El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, está furioso. Durante su enlace radial del miércoles 19 de marzo, exigió al Gobierno Nacional el pago de casi USD 80 millones que, según él, le deben a la ciudad. Pero lo que más lo enoja es la razón que da el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para retener esos recursos: "creen que ciertos municipios y prefecturas financian la campaña de Luisa González".

Álvarez no se quedó callado y lanzó advertencias fuertes. Dijo que si no recibe el dinero, varios servicios en la ciudad podrían paralizarse. Incluso mencionaron que proveedores y contratistas, como las empresas de seguridad.

El alcalde acusó al Gobierno de “odiar a Guayaquil” y aseguró que todo esto es parte de una estrategia para desgastar la imagen de la candidata correísta Luisa González. También dijo que funcionarios del MEF “no contestan el teléfono” y que ya ni siquiera quieren pagarles con bonos del Estado, como han hecho en ocasiones anteriores.

La pelea entre Álvarez y el presidente Daniel Noboa no es nueva. Todo comenzó con el caso Triple A, un escándalo relacionado con un presunto comercio irregular de combustibles donde el alcalde está involucrado. Según la denuncia presentada en julio por la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables, ciertas empresas y gasolinaras compraban diésel subsidiado para revenderlo de manera ilegal.

El caso Triple A ya tiene a cinco personas y cinco empresas procesadas, pero la Fiscalía quiere vincular a 10 personas más, incluyendo al propio Álvarez, quien asegura que todo esto es una persecución política orquestada por el Gobierno de Noboa.

¿Logrará Álvarez recibir el dinero que reclamará o se desatara una crisis de servicios en Guayaquil? La pelea continúa y nadie parece querer dar su brazo a torcer.