Este domingo 16 de noviembre los ecuatorianos verán en la papeleta la pregunta 2 sobre financiamiento político. La duda clave es simple: si gana el Sí, ¿dejan de recibir plata pública los partidos? La respuesta oficial es que se eliminaría el Fondo Partidario Permanente. Ese fondo sirve para formación, publicaciones, capacitación e incluso operación interna. Para acceder, las organizaciones debían cumplir requisitos de votos o representación. El Gobierno de Daniel Noboa propuso quitar ese fondo para redirigir recursos a salud y educación. La Asamblea dio paso y la Corte Constitucional revisó la idea. La Corte pidió separar los temas porque el plan original también tocaba la promoción electoral. Tras ese ajuste, la pregunta solo apunta al Fondo Partidario Permanente. El Fondo de Promoción Electoral para campañas se mantiene. Ese dinero va directo a los medios donde pautan los candidatos. Por eso, aunque gane el Sí, las campañas seguirán con financiamiento estatal. La reforma recorta el artículo 110 de la Constitución. El texto quedaría centrado en aportes de afiliados, simpatizantes y privados. Expertos como Alfredo Espinosa avalan cortar el fondo por uso ineficiente. El oficialismo defiende que la plata vaya a servicios básicos. Hay alertas sobre entrada de dinero ilícito si crece el peso del aporte privado. El CNE está llamado a vigilar esos flujos, pese a sus limitaciones. Quienes rechazan temen que sobrevivan solo estructuras con grandes bolsillos. El resultado definirá si se apaga el cheque fijo, mientras la propaganda electoral sigue con la llave abierta.