En un giro inesperado en las políticas de drogas, Berna, la capital de Suiza, está considerando una propuesta que podría cambiar el panorama europeo: la legalización del consumo y venta de cocaína con fines recreativos. Este plan piloto, aún en etapa de análisis, ha generado tanto interés como controversia a nivel nacional e internacional.

La iniciativa, que aún debe superar la firme oposición del gobierno de la ciudad, implicaría un cambio sin precedentes en las leyes nacionales suizas. Aunque países como España, Italia y Portugal han avanzado en la flexibilización de sus políticas antidrogas, eliminando las penas de prisión por posesión de drogas incluida la cocaína, la propuesta suiza va un paso más allá.

La relevancia de esta propuesta radica en el contexto de consumo en Suiza. Según estudios recientes, el país figura entre los de mayor consumo de cocaína en Europa, evidenciado por los niveles de sustancias ilícitas encontradas en aguas residuales en varias ciudades europeas.

Eva Chen, legisladora suiza, se ha convertido en una voz destacada en este debate. Chen afirma que la guerra contra las drogas en Suiza ha fracasado, sugiriendo que es momento de explorar nuevas estrategias. "El control y la legalización pueden ser mejores que la mera represión", señaló en una reciente declaración a Reuters.

Este debate en Suiza no solo desafía las normativas nacionales, sino que también plantea interrogantes sobre las políticas de drogas a nivel global. Con este potencial cambio, Suiza se posiciona en el centro de una discusión que va más allá de sus fronteras, desafiando concepciones tradicionales y abriendo el camino para un posible cambio en el enfoque internacional sobre el consumo de drogas.