El uso de la inteligencia artificial en Estados Unidos acaba de dar un giro trascendental. En una movida sin precedentes, el presidente Joe Biden ha emitido una orden ejecutiva que establece principios y estándares éticos para regular el uso de esta tecnología de vanguardia.

Esta histórica orden ejecutiva podría marcar el primer gran paso hacia la regulación de la inteligencia artificial en el país, donde gigantes tecnológicos como Google, Microsoft y OpenAI lideran la vanguardia de la IA. Según un comunicado oficial de la Casa Blanca, el decreto tiene varios objetivos fundamentales.

En primer lugar, busca establecer nuevos estándares que garanticen la seguridad y protección en el uso de la IA, así como la salvaguardia de la privacidad y los derechos civiles de los ciudadanos. También se propone definir el impacto de esta tecnología en el mercado laboral y en la sociedad en general.

Un aspecto destacado de esta regulación es la imposición de estrictos requisitos a las empresas que desarrollan sistemas de inteligencia artificial que podrían representar un "riesgo grave para la seguridad nacional, la seguridad económica o la salud pública". Entre estos requisitos se incluye la obligación de compartir los resultados de las pruebas de seguridad y otra información crítica con el gobierno federal antes de poner un sistema de IA a disposición del público.

Además, se espera que los algoritmos de los sistemas de inteligencia artificial estén suficientemente entrenados para evitar la propagación de contenidos discriminatorios, promoviendo un uso responsable y eficaz de esta tecnología.

La orden ejecutiva de Biden se basa en la Ley de Producción de Defensa de la Guerra Fría, que otorga al gobierno federal el poder de supervisar e intervenir en asuntos que puedan suponer un riesgo para la seguridad del país.