El Sambódromo de Río de Janeiro se convirtió en una fiesta absoluta cuando, en pleno desfile de Carnaval, se anunció que Brasil ganó su primer Oscar con la película Aún Estoy Aquí. “¡El Oscar es nuestro!”, retumbó en los altavoces, desatando una euforia total entre las 70.000 personas presentes. Bengalas, gritos y abrazos marcaron el momento histórico. La película, dirigida por Walter Salles y protagonizada por Fernanda Torres, se llevó el premio a Mejor Película Internacional y su impacto se sintió en todo el país. En los carnavales de Recife, Belo Horizonte y Sao Paulo, miles de personas desfilaron con estatuillas doradas de plástico, mientras una enorme muñeca de Torres alzaba el Globo de Oro en Olinda. El presidente Lula celebró en redes sociales, afirmando que era un día de orgullo para Brasil. Con el frenesí del Carnaval y el fervor del cine brasileño en su punto más alto, este triunfo ha sido comparado con ganar un Mundial. Las escuelas de samba, que este año tendrán tres días de desfile en vez de dos, aprovecharon el furor para brillar aún más, asegurando que esta doble celebración quedará en la historia de Brasil.