En una reciente sesión extraordinaria de la Corte Nacional de Justicia, se encendieron los ánimos entre los jueces debido al proceso de selección de siete nuevos magistrados. El presidente Iván Saquicela y el juez Walter Macías lideraron las críticas, cuestionando abiertamente la legitimidad y transparencia del concurso llevado a cabo por el Consejo de la Judicatura. Saquicela señaló que las acciones del doctor Terán, a cargo del proceso, han sido seriamente cuestionadas, afectando la credibilidad de la función judicial.

Por otro lado, la jueza Enma Tapia y el juez Adrián Rojas, actualmente finalista en el concurso, se mostraron reticentes a tomar una postura definida. Argumentaron que no existe una normativa que les permita intervenir en las funciones del Consejo de la Judicatura, y sugirieron que participar en este debate podría interpretarse como un juego político indebido para la Corte.

El caso de Roberto Guzmán, magistrado descalificado en la controvertida prueba de confianza, se convirtió en un punto focal del debate. Se destacó que los afectados por esta prueba merecen una explicación detallada y transparente, en aras de garantizar la seguridad jurídica.

Tras dos horas y media de intenso debate, la falta de consenso impidió que la Corte emitiera un pronunciamiento oficial sobre el concurso. Este hecho no solo subraya las profundas divisiones dentro del órgano, sino que también plantea serias preguntas sobre el futuro de la justicia en el país.