Después de once años de intensas disputas legales, Costa Rica finalmente aprobó una ley que prohíbe el cautiverio de animales salvajes, marcando un hito en la protección de la fauna del país. Esta nueva legislación llevó al cierre inmediato de los zoológicos públicos Simón Bolívar, en San José, y el Centro de Conservación, en Santa Ana. Cerca de 400 animales que residían en estos zoológicos fueron trasladados a reservas naturales que replican su entorno original.

José Pablo Vásquez, funcionario del Ministerio de Ambiente y Energía, explicó que los animales también serían llevados al centro de rescate SOAVE. En este lugar, recibirán exámenes clínicos y valoraciones veterinarias para asegurar su bienestar tras años de condiciones de cautiverio que afectaron negativamente su salud. Muchos de estos animales llevaban más de 30 años encerrados, sufriendo las consecuencias del confinamiento prolongado.

Los zoológicos que han cerrado sus puertas se convertirán en jardines botánicos, ofreciendo un nuevo uso a estos espacios y beneficiando a la comunidad. Sin embargo, el cierre de los zoológicos públicos no significa el fin de los esfuerzos de protección animal en Costa Rica. Aún queda un amplio seguimiento por hacer con, al menos, 18 zoológicos privados que operan en el país.

Costa Rica, un país que alberga aproximadamente el 6% de la biodiversidad mundial en tan solo el 0.03% de la superficie terrestre, ha demostrado su compromiso con el respeto y la protección de la fauna. Esta medida no solo representa un avance significativo para la conservación en el país, sino que también ofrece un modelo a seguir para otras naciones que buscan proteger a sus animales salvajes y su entorno natural.