La crisis energética en Ecuador se proyecta para extenderse hasta el 2025, según las últimas declaraciones del operador nacional de energía. La razón principal: una severa sequía pronosticada para el próximo año, que amenaza con desestabilizar aún más el ya frágil sistema energético del país.

Javier Guevara, director del Cenace, advirtió sobre la crítica situación de estiaje que enfrenta la nación. "Estamos en una condición extremadamente seca; el sistema nacional interconectado opera bajo una presión sin precedentes", afirmó. La esperanza de una próxima solución recae en un adelanto de la temporada de lluvias en 2024, que ayudaría a llenar las cuencas de los ríos y las represas hidroeléctricas.

Sin embargo, si estas lluvias no llegan, el país podría verse obligado a continuar comprando energía de Colombia, una alternativa que, según Jorge Hidalgo, experto en el área hidrocarburífica, resultaría extremadamente costosa. Para marzo de 2024, se espera que Ecuador alcance una cifra récord en importación de energía, valorada en unos 500 millones de dólares, equivalente a la construcción de una nueva hidroeléctrica de 250 megavatios.

La situación también ha generado preocupación en el sector comercial, especialmente ante el anuncio del Ministerio de Energía y Minas sobre la extensión del horario de cortes de luz. A partir del 15 de diciembre de 2023, los cortes se ampliarán a tres horas diarias, excepto en fechas clave como Navidad y Año Nuevo. Esto podría significar pérdidas económicas significativas, especialmente durante la temporada navideña, un período crítico para el comercio.