La cultura vial, entendida como el conjunto de normas y actitudes que garantizan seguridad en las vías, sigue siendo un reto en Ecuador. Aunque las autoridades impulsan campañas educativas y programas escolares, las cifras revelan que esta “materia” continúa reprobada en la práctica cotidiana. Según la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), en 2024 se registraron 21.220 accidentes de tránsito, con 2.302 fallecidos y más de 18.300 heridos.

El panorama en 2025 tampoco mejora. Entre enero y junio, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reportó 1.125 muertes por siniestros viales, frente a 1.038 en el mismo periodo de 2024. Solo en Quito, entre enero y septiembre de 2025, murieron 210 personas en accidentes de tránsito, un aumento del 10% respecto al año anterior. En Ambato, cuarto cantón con más víctimas, se registraron 322 afectados en el primer semestre de 2025, de los cuales 25 fallecieron.

Los motociclistas siguen siendo los más vulnerables, representan una parte significativa de las muertes viales. Expertos advierten que la verdadera solución exige un cambio cultural profundo: respeto al peatón, uso del cinturón, cumplimiento de semáforos y conciencia de que cada acción en la vía puede salvar vidas.

Todos saben qué significa cultura vial, pero pocos la practican

Mientras las cifras de accidentes se mantienen altas, Ecuador enfrenta el desafío de convertir la teoría en realidad y aprobar, al fin, esta asignatura en las calles. Enfrentan riesgos por imprudencia y mala señalización, el Ministerio de Educación ha incluido seguridad vial en el currículo escolar y la Policía Nacional realiza operativos, pero expertos advierten que la verdadera solución exige un cambio cultural profundo. La paradoja es clara: todos saben qué significa cultura vial, pero pocos la practican.