Daniel Noboa inicia su mandato hasta 2029 con un país en crisis: violencia desbordada, niños reclutados por mafias, mujeres asesinadas y miles de jóvenes fuera del sistema educativo. Tras ganar las elecciones del pasado 13 de abril de 2025 frente a Luisa González, el Presidente tiene sobre sus hombros una bomba social a punto de estallar. Ecuador vive una de sus etapas más oscuras, con un tejido social roto que es aprovechado por bandas criminales. Según Unicef, 1 de cada 2 niños menores de 5 años sufre maltrato en casa, mientras que el homicidio ya es la primera causa de muerte entre niños y adolescentes. Cada día, cinco niñas entre 10 y 14 años se convierten en madres. Además, más de 450 mil menores están fuera del sistema educativo. Expertos advierten que los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) como “Los Lobos” y “Tiguerones” reclutan niños desde los 13 años, pagándoles hasta 4.000 dólares cada tres meses. Estas bandas usan casas como centros de operaciones donde almacenan drogas y planean secuestros y extorsiones. Entre enero y marzo de este año, 82 mujeres fueron asesinadas, la mayoría por estructuras criminales. Los cuerpos de las víctimas son usados como mensaje de guerra entre bandas. El analista Pablo Ruiz propone un programa nacional contra el reclutamiento infantil y políticas sociales urgentes con enfoque interinstitucional. También señala la necesidad de un Ministerio Coordinador de Seguridad que lidere una estrategia con acciones claras y medibles. Sin intervención inmediata, Ecuador seguirá siendo territorio fértil para el crimen. Los retos de Noboa van más allá de lo político: se trata de salvar a una generación entera del abandono, la violencia y el reclutamiento forzoso.