Un grupo de 27 organizaciones religiosas demandó al Gobierno de Donald Trump por permitir redadas migratorias en iglesias, escuelas y hospitales.

La demanda se presentó ante la corte federal del Distrito de Columbia, alegando que la medida vulnera la libertad religiosa.

La orden de Trump, emitida el 21 de enero, revocó una política anterior que protegía estos espacios de las redadas.

Los demandantes pidieron que se restablezcan estas protecciones y se prohíban las detenciones en iglesias, salvo en casos excepcionales.

El reverendo Carlos Malavé, líder cristiano, denunció que esta medida ha generado miedo en las comunidades religiosas.

Muchos fieles dejaron de asistir a los templos por temor a ser detenidos, prefiriendo seguir los servicios en línea.

Las iglesias han sido tradicionalmente refugios para migrantes en situación vulnerable.

Según Kelsi Corkran, abogada del ICAP, la orden de Trump viola la Primera Enmienda y la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa.

Antes de esta medida, las fuerzas del orden solo podían ingresar a los templos en circunstancias extremas.

Ahora, los agentes pueden entrar en cualquier momento para realizar operativos migratorios.

Esto ha causado angustia entre líderes religiosos que ven en peligro su labor de apoyo a los migrantes.

Los demandantes argumentaron que la medida afecta directamente la capacidad de las iglesias para congregar fieles.

Además, señalaron que el miedo a las redadas ya está debilitando la participación en sus comunidades.

Si la orden se mantiene, las iglesias enfrentarán graves consecuencias en su misión de asistencia espiritual y social.

El caso quedó en manos de la corte, que deberá determinar si la orden de Trump es legal o debe ser anulada.