En el actual panorama de salud, marcado por una incidencia anual de mil millones de casos de gripe estacional según la Organización Mundial de la Salud, es vital reconocer la diferencia entre un resfriado viral y una infección bacteriana. La Dirección Médica de Laboratorios Bagó enfatiza la importancia de esta distinción para una atención médica dirigida y la implementación adecuada de medidas preventivas.

Las gripes virales, causadas por virus que invaden las células de seres vivos para reproducirse, se manifiestan en síntomas como fiebre y cansancio. Estos virus, que atacan principalmente las vías respiratorias, requieren tratamientos enfocados en el alivio de los síntomas, ya que los antibióticos no tienen efecto sobre ellos. El reposo, la hidratación y medicamentos sintomáticos son fundamentales para la recuperación.

Por otro lado, las bacterias, organismos capaces de sobrevivir en distintos entornos, pueden provocar enfermedades a través de toxinas o invadiendo tejidos corporales, causando dolor de garganta y dificultades respiratorias, entre otros síntomas. A diferencia de los virus, las infecciones bacterianas se combaten con antibióticos, cuya administración debe seguirse rigurosamente para evitar resistencias y garantizar la eliminación de la bacteria.

El tratamiento adecuado dependerá, por tanto, de la naturaleza específica de la enfermedad. Ante síntomas persistentes, la consulta con profesionales de la salud es imprescindible para recibir la orientación correcta. Reconocer si se enfrenta a un agente viral o bacteriano no solo es clave para una pronta recuperación, sino también para la prevención y fortalecimiento del sistema inmunológico.