El Gobierno de Estados Unidos declaró que seguirá atacando militarmente a los cárteles de la droga, tras destruir una lancha proveniente de Venezuela en aguas del Caribe el martes 2 de septiembre. El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo que la única forma de detenerlos es “hacerlos explotar y desaparecerlos”. Según él, la embarcación tenía rumbo directo hacia Estados Unidos. Rubio confirmó que la orden fue del presidente Donald Trump, quien quiso golpear con fuerza en lugar de solo interceptar. El ataque dejó once supuestos “narcoterroristas” muertos, aunque aún no se han revelado identidades ni detalles del cargamento. El Pentágono señaló que Trump está dispuesto a ir más lejos que otros mandatarios y enviar un mensaje al Tren de Aragua y al Cártel de los Soles. El presidente mostró en la Casa Blanca un video del bombardeo compartido por el Comando Sur. Trump aseguró que los narcos no volverán a intentarlo después de ver esas imágenes. También acusó a Venezuela de ser responsable de un “tremendo problema” por drogas e inmigración irregular. Desde Caracas, Nicolás Maduro respondió que el video era falso y creado con inteligencia artificial. Sin embargo, el Pentágono aseguró que todo fue real y que sabían quién estaba en la lancha. Washington insiste en que Maduro actúa como jefe de un narcoestado y mantiene una recompensa de 50 millones de dólares en su contra. Trump afirmó que la embarcación llevaba grandes cantidades de droga con destino a su país. Este fue el primer ataque de la nueva estrategia militar en el Caribe, donde ya operan siete buques de guerra, destructores, navíos anfibios y un submarino nuclear. La Casa Blanca prometió que lo ocurrido es apenas el arranque de una ofensiva más grande.