El Gobierno confirmó que recuperó el control del Alto Punino, en Orellana, luego del sangriento ataque donde 11 militares fueron emboscados por grupos armados. Este miércoles 3 de julio, el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo, sobrevoló el área acompañado del Alto Mando Militar para verificar que ya no hay amenazas. Según las Fuerzas Armadas, el lugar estaba tomado por criminales y dedicado a la minería ilegal. Tras el ataque, más de 1.700 militares ingresaron con fuerza para arrasar con cualquier presencia armada. El Ministerio de Defensa aseguró que se usó inteligencia militar, unidades especiales, y tácticas de alto nivel para “limpiar” la zona. En redes sociales, informaron que ya no hay rastro de los grupos violentos. Los asesinos serían parte de Comandos de la Frontera, organización que ha estado operando con violencia extrema. También se nombraron otros grupos que azotan la región, como el Frente Oliver Sinisterra y las Disidencias Comuneros del Sur. El presidente Daniel Noboa declaró héroes nacionales a los 11 soldados caídos en la emboscada. La operación militar fue una respuesta directa al ataque que sacudió al país. En el terreno, se encontró evidencia de campamentos ilegales, rutas de minería clandestina y armamento. Los militares ahora patrullan el sitio día y noche para evitar que los criminales vuelvan. Las autoridades aseguran que no permitirán que vuelva a ser zona sin ley. La misión no ha terminado, y aún se mantiene vigilancia constante. Habitantes cercanos reportan que ya se sienten más seguros. La violencia del narcotráfico ha invadido muchas partes del país, y esta vez tocó a Orellana. Las fuerzas del orden prometen mantener la presencia hasta que la paz se mantenga firme. Las imágenes difundidas muestran helicópteros, tanques y personal táctico en plena operación. La comunidad espera que estas acciones sean duraderas y no solo momentáneas. La guerra contra las bandas armadas en Ecuador sigue encendida.