El 28 de noviembre de 2024, el río Paute, ubicado en el sur de Ecuador, alcanzó los caudales más altos de los últimos dos meses, gracias a las intensas lluvias que cayeron en la zona. Sin embargo, aunque el caudal aumentó considerablemente, los embalses de las hidroeléctricas que operan en este río no han logrado recuperar sus niveles críticos, lo que sigue generando preocupaciones en el sector energético.

A pesar de que el caudal del río Paute casi se triplicó durante las últimas horas, las hidroeléctricas del complejo Paute continúan operando bajo condiciones limitadas. Mazar, el primer reservorio del sistema, se mantiene en una cota de 2.111 metros sobre el nivel del mar, con solo un metro disponible para la generación de energía. Este embalse funciona como un regulador del flujo de agua hacia el siguiente reservorio, Amaluza, que, aunque pequeño, ayuda a almacenar agua durante la mañana, pero pierde rápidamente su capacidad durante la tarde y la noche, cuando la planta Paute Molino entra en operación.

El complejo hidroeléctrico Paute, compuesto por varias centrales, sigue siendo clave para el suministro de electricidad del país, especialmente para compensar la generación que no puede producir la planta Coca Codo Sinclair. Esta última ha estado produciendo un promedio de 390 megavatios, muy por debajo de su capacidad de 1.500 megavatios, debido a la falta de un reservorio y al bajo caudal del río Coca.

Las autoridades han señalado que las lluvias en la región sur del país son cruciales para mejorar los caudales y, con ello, permitir que los embalses crezcan y puedan generar más energía. Se espera que las precipitaciones continúen en los próximos días para aliviar la situación crítica de los reservorios del río Paute y asegurar un suministro de energía estable para el país.