Aunque el sismo fue la madrugada del viernes, en Esmeraldas el susto sigue muy vivo. La tierra tembló con fuerza y dejó huellas imborrables en varias comunidades. Ocho casas quedaron en ruinas y más de veinte presentan daños importantes. Una persona resultó herida en medio del caos y fue atendida rápidamente. Los habitantes no pudieron dormir tranquilos esa noche por miedo a las réplicas. En el cantón Muisne, epicentro del movimiento, muchas familias siguen durmiendo en carpas improvisadas. Autoridades locales mantienen la vigilancia en zonas vulnerables. Equipos de emergencia siguen recorriendo los barrios más afectados. Las grietas en paredes y techos recuerdan a cada momento lo vivido. Algunos centros de salud y escuelas también reportaron daños. El Instituto Geofísico no descarta que nuevos movimientos se presenten estos días. El Comité de Operaciones de Emergencia se mantiene activo y en sesión permanente. Brigadas de ayuda entregan alimentos y kits de emergencia a los damnificados. Varias vías presentan problemas por deslizamientos de tierra. La sensación de inseguridad crece con cada pequeño movimiento que se siente. Usuarios en redes sociales siguen mostrando videos del momento exacto del temblor. La Gobernación de Esmeraldas pidió mantener la calma y estar atentos. La solidaridad entre vecinos ha sido clave para superar las primeras horas. Muchos afectados han pedido ayuda urgente para reconstruir sus viviendas. Aunque el temblor pasó, Esmeraldas sigue luchando por ponerse de pie.