Desde hace 15 años, personas con antecedentes penales han trabajado en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, según reveló el ministro del Interior, John Reimberg. El hospital del IESS en Guayaquil está bajo intervención militar desde febrero, luego del secuestro del director administrativo Ronny Camba, quien aún no aparece. La situación es alarmante: hay denuncias de corrupción, presencia de mafias, extorsiones y trabajadores con posibles vínculos delictivos. Reimberg informó que los antecedentes de al menos algunos camilleros están bajo revisión, pues se los relaciona con una práctica conocida como “venta de cadáveres”. Por cada cuerpo, supuestamente ganan hasta 300 dólares, entregando información a funerarias. El hospital tiene más de 4.400 empleados y ya se investiga toda la nómina. A esto se suma el mal estado de los equipos médicos: tomógrafos dañados, ascensores averiados, falta de medicinas, y un comedor improvisado para el personal. Las compras públicas también están bajo la lupa: hay contratos por millones en insumos y limpieza, pero muchos presentan irregularidades. En redes sociales, usuarios denuncian la falta de atención y caos administrativo. El hospital Carlos Andrade Marín, en Quito, también fue intervenido hace pocos días. La Fiscalía mantiene en reserva un informe con detalles del caso en Guayaquil. En el IESS, algunos empleados aseguran sufrir presiones para aprobar insumos incompletos. Reimberg prometió una limpieza profunda en el sistema hospitalario. Mientras tanto, las familias de los pacientes y del personal desaparecido siguen esperando respuestas. El país exige transparencia.