Este miércoles 7 de mayo empezó el esperado Cónclave en el Vaticano. A las 17:46, las enormes puertas de madera de la Capilla Sixtina se cerraron y comenzó el encierro de los 133 cardenales encargados de elegir al nuevo Papa. Antes de encerrarse, celebraron la tradicional misa “Pro eligendo Pontifice”, pidiendo al Espíritu Santo claridad para tomar esta decisión clave. En la Capilla, todo está preparado al milímetro: cada cardenal tiene su lugar, su papeleta, una Constitución Vaticana, y un bolígrafo con carpeta con el sello de la Santa Sede. Se sentaron según su rango: obispos, presbíteros y diáconos, en orden bien definido. Una mesa con bolas numeradas y una madeja con aguja servirán para contar votos y quemarlos, generando el famoso humo. Este miércoles, el humo salió negro. No hubo consenso. Por ahora, no hay nuevo Papa. La Capilla Sixtina, decorada con el fresco de Miguel Ángel, está cerrada desde el 28 de abril y todo el proceso es vigilado por guardias suizos. Antes de entrar, los cardenales hicieron una procesión desde la Capilla Paulina, entonando el canto “Veni Creator” para invocar al Espíritu Santo. Dentro, todos juraron guardar secreto. El momento clave llegó cuando el maestro de ceremonias gritó: “¡Extra omnes!” (¡Fuera todos!), y se cerraron las puertas. Ya circulan nombres fuertes como favoritos: Pietro Parolin, el filipino Luis Antonio Tagle y el estadounidense Robert Prevost. El video donde el cardenal decano le dice a Parolin “suerte por partida doble” ha desatado rumores. Por ahora, la plaza de San Pedro sigue llena y el mundo espera la próxima fumata.