El avance de la erosión del río Coca no se detiene y ya se encuentra a solo 4.700 metros de la captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. Las lluvias intensas de la Amazonía profundizaron el cauce en casi dos metros, lo que aceleró el desgaste de las orillas, especialmente en la margen izquierda. Esa zona ya perdió los oleoductos y la vía E45 entre Quito y Lago Agrio. Las obras de contención, como taludes, muros y rellenos, que buscaban frenar la erosión, fueron seriamente dañadas. Ahora deben ser reconstruidas, según el informe de CELEC. Cada invierno, el cauce se hunde más y eso acelera el proceso. Para monitorear bien los cambios, el caudal debe ser de 20 m³ por segundo, pero en estas semanas ha llegado a 787 m³ por segundo. Eso dificulta las mediciones. El frente de erosión lleva 79 días detenido a 4,7 km de la planta. La construcción del dique permeable, que debía evitar que la erosión llegara tan cerca, aún no termina. Esa obra de USD 17 millones, asesorada por el Cuerpo de Ingenieros de EE.UU., estaba planeada para frenar el río a siete kilómetros. Pero ya fue rebasada por más de tres kilómetros. A pesar de eso, la construcción sigue. La situación es cada vez más crítica y pone en riesgo una de las principales hidroeléctricas del país.