Una escena de caos y desolación se vivió hoy en los suburbios de Bucarest, capital de Rumania, cuando dos devastadoras explosiones en una estación de servicio dejaron, hasta el momento, un saldo de un muerto y 46 heridos. El lugar, especializado en la distribución de gas licuado de petróleo (GLP) utilizado tanto en electrodomésticos como en vehículos, se convirtió en el epicentro de una tragedia.

La primera explosión generó un vasto incendio, obligando a las autoridades a implementar protocolos de emergencia y aconsejar a la población a mantenerse alejada de la zona de Crevedia. Lamentablemente, mientras los bomberos acudían en auxilio, una segunda detonación agravó la situación, dejando entre los heridos a 26 valientes bomberos que acudieron al llamado.

Raed Arafat, encargado de situaciones de emergencia, confirmó la evacuación de residentes en un radio de 750 metros alrededor de la estación, cifrando en aproximadamente 3.000 las personas desplazadas. Tras las explosiones, al menos una vivienda fue pasto de las llamas, lo que intensificó la preocupación en el área. La causa exacta de las explosiones aún está bajo investigación, pero el temor y la consternación ya se han extendido por toda la capital.