La Policía Nacional arrancó en Esmeraldas una campaña con fuerza: “Comunidad Alerta y Segura”. El objetivo es claro: frenar la ola de extorsiones que viene afectando a los barrios. Con esta movida, buscan meterle freno a las amenazas, llamadas raras y cobros ilegales que tienen en jaque a muchos. Se enfocarán en zonas donde se detectaron más casos, especialmente de extorsión telefónica y cobros con amenazas. Los policías ya están en la calle dando charlas, repartiendo información y hablando con vecinos. La idea es que la gente sepa qué hacer, no se deje asustar y denuncie sin miedo. También formarán redes comunitarias fuertes, con apoyo de autoridades locales. La campaña quiere que los vecinos se cuiden entre ellos y no caigan en las trampas de los delincuentes. La clave será trabajar todos juntos: policías, líderes barriales, comerciantes y ciudadanía. El mensaje es que nadie se quede callado si recibe amenazas. Quieren que se sienta la presencia policial y que los pillos no tengan espacio. Las actividades se harán en distintos sectores marcados como peligrosos. También buscarán que los jóvenes participen, para evitar que sean blanco fácil. Es un trabajo cara a cara, sin excusas. Todo esto fortalece la relación entre la Policía y la gente. El plan se basa en confianza, cercanía y acción rápida. La campaña es parte de una estrategia más grande para reducir el miedo y recuperar los barrios. Quieren que los vecinos sepan que no están solos. La Policía insiste en que está para proteger y no se va a rendir. La meta es que la extorsión pierda fuerza en Esmeraldas. Los operativos seguirán y habrá más visitas en otras zonas. Si todos colaboran, será más difícil para los delincuentes hacer de las suyas. Así empieza esta ofensiva contra el miedo. La seguridad se construye en conjunto.