La audiencia del caso Reconstrucción de Manabí sigue destapando irregularidades. La Fiscalía apunta a un millonario perjuicio en obras que no correspondían a la emergencia tras el terremoto de 2016. Entre los señalados están Jorge Glas, exvicepresidente, y Carlos Bernal, exsecretario de la reconstrucción.

El fiscal Wilson Toainga expuso que la esposa y el cuñado de Bernal estarían relacionados con empresas beneficiadas con contratos de reconstrucción. Aunque no están procesados, sus nombres figuran en la investigación. Además, el padre del exfuncionario, Franklin Bernal, también está acusado, pues ocupaba un alto cargo en el Ministerio de Transporte cuando se adjudicaron los contratos.

El escándalo también salpica a Ramiro Galarza, empresario sentenciado en el caso Sobornos 2012-2016, cuya empresa habría recibido contratos con aparentes irregularidades. Entre ellos, la vía Manta-Colisa, conocida como "la más cara del Ecuador", con un costo de USD 5 millones por kilómetro y que aún no está terminada.

El caso tiene nueve procesados y la Fiscalía asegura que Glas y Bernal priorizaron ilegalmente proyectos por USD 225 millones, usando fondos de la Ley de Solidaridad. Algunos contratos fueron para obras que ya estaban planificadas antes del terremoto y no requerían atención urgente.

Mientras tanto, la defensa de Glas insiste en que el exvicepresidente fue torturado y pidió que sea internado en un hospital psiquiátrico. El juez no aceptó esta solicitud, pero ordenó investigar la supuesta tortura. También rechazó los pedidos de nulidad de los acusados y validó todo el proceso judicial.

La audiencia sigue en marcha y las pruebas de la Fiscalía podrían hundir aún más a los procesados.