La cúpula militar de Ecuador definió la estrategia para la “nueva fase de la guerra” contra el crimen organizado. El ajuste llegó tras el cambio de mando dispuesto por Daniel Noboa el 1 de septiembre de 2025. El 10 de septiembre, el Ministerio de Defensa informó que el alto mando se reunió en Quito para afinar directrices. La Cartera señaló que las Fuerzas Armadas fueron llamadas a replantear su estrategia. El Bloque de Seguridad anunció una ofensiva más fuerte, renovada y territorial. Según Defensa, se abre un ciclo que supera la operatividad inmediata, con transformación en planificación y focalización. Las acciones se organizaron en tres ejes definidos por el mando. El primer eje es control territorial y ofensiva directa en zonas críticas. El segundo eje es el fortalecimiento de la inteligencia y de las operaciones especiales. El tercer eje es la neutralización y eliminación de objetivos identificados. Nueve provincias fueron priorizadas para intensificar operaciones de campo. Se trata de Guayas, Los Ríos, Manabí, El Oro, Carchi, Sucumbíos, Orellana, Zamora y Morona Santiago. En esos puntos se buscará neutralizar objetivos de alto valor y atacar blancos determinados. También se reforzarán los controles de armas y explosivos en vías y barrios. La ofensiva fijó tres prioridades inmediatas con énfasis en cabecillas y economías ilícitas. La primera es la eliminación de cabecillas de estructuras criminales. La segunda es la destrucción de maquinaria, combustibles e infraestructura usada en minería ilegal. La tercera es la neutralización de vehículos, bodegas y material ligados al robo y contrabando de combustibles. La estrategia incluye atención prioritaria al control de centros penitenciarios a cargo de las Fuerzas Armadas. El jefe del Comando Conjunto, Henry Delgado Salvador, aseguró que habrá cero tolerancia a la corrupción y que la consigna es clara: “la cárcel o el infierno”.