En un golpe contundente contra el narcotráfico internacional, la Marina Nacional de El Salvador incautó un cargamento de armas de guerra y 1.200 kilogramos de cocaína, cuyo destino final era Ecuador. El presidente Nayib Bukele informó este viernes sobre los detalles de esta operación, que se llevó a cabo durante los últimos 90 días en alta mar.

El 6 de agosto, a 500 millas náuticas al suroeste de la Bocana El Cordoncillo, en el Estero de Jaltepeque, la Marina interceptó una embarcación mexicana con tres guatemaltecos a bordo. Los sospechosos intentaron huir, prendiendo fuego a la nave en un intento desesperado por escapar. Sin embargo, fueron capturados y admitieron que su plan era recoger más droga en el sur.

Posteriormente, el 15 de agosto, a las 02:20 horas, una segunda embarcación ecuatoriana fue localizada a 1.004 millas náuticas al suroeste de la misma Bocana, mientras transbordaba 600 kg de cocaína a una lancha mexicana. En esta operación, también se descubrieron 12 carabinas AR-15, 20 fusiles AK-47, una ametralladora M60, un fusil de francotirador Barrett .50, junto con cargadores y municiones, listos para su traslado hacia Ecuador.

Minutos después, una tercera embarcación, esta vez con dos ecuatorianos a bordo, se acercó al lugar, transportando otros 600 kg de cocaína. La operación culminó con la incautación de un total de 1.200 kg de cocaína, valorada en $30 millones, y un arsenal de armas de guerra. Esta operación representa un golpe significativo a las redes de narcotráfico que operan entre México y Ecuador, y resalta la colaboración internacional en la lucha contra el crimen organizado.

El presidente Bukele destacó la eficiencia de la Marina Nacional, subrayando que la cocaína incautada y las armas de guerra encontradas estaban destinadas a alimentar la violencia en Ecuador. "Nuestra Marina interceptó exitosamente las tres embarcaciones involucradas en esta operación. Los 1.200 kg de cocaína de las dos embarcaciones ecuatorianas tienen un valor estimado de $30 millones", puntualizó el mandatario.

Esta serie de operaciones demuestra el nivel de organización y peligro que implica el narcotráfico en la región, y pone de relieve la importancia de la vigilancia marítima para combatir este flagelo que afecta a varias naciones de América Latina.