Más de 440 personas han muerto en Sumatra tras inundaciones y deslaves devastadores. Los equipos de rescate buscan a cientos de desaparecidos que podrían estar sepultados bajo el lodo. Las lluvias ciclónicas golpearon durante casi una semana y arrasaron casas y caminos. El ciclón Senyar, inusual en la zona, desató corrientes de agua que convirtieron aldeas enteras en barro. El gobierno admite que la cifra podría subir a medida que avancen las búsquedas. Hay comunidades aisladas que aún no reciben ayuda pese a los envíos por tierra y aire. En Sungai Nyalo, el agua bajó, pero las viviendas, autos y cultivos quedaron cubiertos por un manto gris. Vecinos reportan que las carreteras siguen bloqueadas y que esperan maquinaria que nunca llega. La policía envió agentes para frenar saqueos de comida y agua en medio de la desesperación. Autoridades locales dicen que los robos ocurrieron antes de que entrara la asistencia logística. Malasia ya mandó suministros hacia Aceh, una de las provincias más golpeadas. La Agencia Nacional de Manejo de Desastres pidió atención total para Tapanuli Central y Sibolga. Elon Musk anunció que Starlink dará servicio gratuito para sostener comunicaciones en la emergencia. Las lluvias afectan a gran parte del Sudeste Asiático y el dolor se multiplica. Tailandia registra al menos 170 muertos y hay reportes de víctimas en Malasia. En Sri Lanka, más de 330 personas fallecieron entre inundaciones y deslaves que dejaron zonas enteras aisladas. En Filipinas, las inundaciones se cobraron más de 200 vidas y encendieron protestas masivas contra la corrupción. Multitudes en Manila culpan el desvío de fondos de defensa contra inundaciones por la exposición de sus barrios. Las tensiones políticas crecen mientras aliados clave marcan distancia del gobierno de Ferdinand Marcos Jr. En Indonesia y la región, miles lo perdieron todo y la prioridad ahora es rescatar, alimentar y reconstruir.