En un giro inesperado de eventos, el exvicepresidente de la República, Jorge Glas, fue detenido la noche del 5 de abril dentro de la Embajada de México en Quito. Según informaciones confirmadas por la Presidencia, el Bloque de Seguridad realizó un operativo sorpresa, ingresando con vehículos blindados a las instalaciones diplomáticas.

El embajador encargado de México en Ecuador, Roberto Canseco, describió la situación como un atropello, alegando haber sido golpeado durante el operativo. "Como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador", exclamó Canseco en medio del caos. Las imágenes difundidas por Ecuavisa.com muestran al embajador corriendo tras los autos blindados en un intento desesperado de detener la acción.

La detención se produce en el marco de una orden de captura emitida por la Corte Nacional de Justicia, como parte de una investigación por delito de peculado contra Glas. Esta orden, dictada en enero de 2024, ha sido el foco de una intensa controversia política y legal.

Horas antes del arresto, se observó la llegada de un contingente militar que se sumó a las fuerzas policiales, aumentando la tensión en los alrededores de la embajada. La custodia intensiva apuntaba a prevenir una posible fuga del exfuncionario, quien había recibido asilo político de México.

Este incidente ha desatado un torrente de reacciones a nivel nacional e internacional, con debates sobre la violación de normas diplomáticas y la legalidad de la acción policial. El caso de Glas, que ha capturado la atención del país durante meses, ahora entra en un nuevo y controversial capítulo, planteando interrogantes sobre el futuro político y legal del exvicepresidente y las relaciones entre Ecuador y México.