En Tungurahua, los páramos no solo guardan agua, ahora también generan desarrollo. Más de 15.000 familias están recibiendo beneficios directos gracias a los 40 planes de manejo impulsados por el Gobierno Provincial. Cada año se invierten cerca de USD 2,7 millones para proteger 42 mil hectáreas de este ecosistema vital. El trabajo lo lideran más de 70 técnicos que recorren comunidades brindando apoyo en temas ambientales, productivos y sociales. Se construyen invernaderos, sistemas de riego, senderos ecológicos, centros de turismo y hasta tanques para industrializar leche. También se entregan semillas mejoradas, herramientas para evitar incendios forestales y materiales para fortalecer la producción local. Todo esto se hace con participación activa de las comunidades, que proponen ideas y ayudan a ejecutarlas. Las acciones van desde los 3.800 metros sobre el nivel del mar, donde el páramo comienza a captar y filtrar agua. Con los Proyectos de Manejo Participativo (PMPs), se está impulsando una producción agroecológica sostenible, con énfasis en la calidad y asociatividad. Además, se están implementando centros de capacitación, reservorios, comedores comunitarios y más infraestructura rural. El objetivo es claro: conservar el páramo y mejorar la vida de quienes lo cuidan. En 2025, el plan sigue firme con nuevas metas, obras y asistencia directa. Las familias que habitan estas zonas hoy tienen nuevas oportunidades para emprender y desarrollarse. La estrategia ha sido reconocida por su modelo participativo, donde los propios comuneros lideran los cambios. Se busca no solo preservar el ambiente, sino también generar ingresos dignos. En cada comunidad intervenida, se siente un aire de progreso. Así, Tungurahua demuestra que proteger la naturaleza también puede mover la economía rural.