En un impresionante despliegue de habilidad médica, un equipo de cirujanos del Hospital Pediátrico Baca Ortiz en Quito logró salvar la vida de un bebé de 19 días de nacido mediante una reconstrucción minuciosa de su esófago. La operación, llevada a cabo el 16 de agosto de 2024, ha sido calificada como una verdadera proeza médica debido a la complejidad y rareza de la condición tratada, conocida como atresia de esófago.

La atresia de esófago es una malformación congénita que impide el paso de alimentos desde la boca al estómago, y presenta una incidencia de 1 por cada 3,500 nacidos vivos. El procedimiento utilizado fue una toracoscopia, una técnica mínimamente invasiva que permite una recuperación más rápida y menos dolorosa, lo que es especialmente crítico en pacientes tan jóvenes.

La cirugía consistió en conectar los segmentos del esófago que no estaban unidos. Utilizando cámaras diminutas y herramientas especializadas, el equipo médico, liderado por el cirujano pediatra Álvaro Zurita, logró reparar la estructura del esófago, garantizando que el bebé podría alimentarse normalmente en el futuro. Este tipo de cirugía requiere no solo habilidad técnica sino también un diagnóstico precoz y un equipo altamente especializado.

Según el Ministerio de Salud Pública, esta intervención no solo destaca por su complejidad sino también por el enfoque innovador y humano del equipo de Baca Ortiz, incluyendo anestesistas, neonatólogos y enfermeras especializadas. La exitosa operación no solo ha salvado una vida sino que también ha puesto de manifiesto la capacidad de Ecuador para realizar procedimientos médicos de alta complejidad.