Jonathan Meijer, un músico de 41 años, se encuentra en el centro de una controversia que podría marcar un precedente en las leyes de fertilidad en Europa. Desde 2015, Meijer ha estado donando su esperma a clínicas en los Países Bajos, pero ha violado las normas que limitan a 25 el número máximo de hijos por donante. Hoy, admite tener entre 550 y 600 hijos, aunque un tribunal sugiere que podría ser padre de hasta mil niños en varios continentes.

Netflix ha lanzado una serie documental sobre su caso, provocando una ola de reacciones encontradas. La producción ha sido criticada por Meijer como "engañosa", argumentando que se enfoca desproporcionadamente en las madres que se sienten traicionadas y omitiendo a las muchas que le están agradecidas. La polémica no se detiene aquí, ya que un juez ha prohibido recientemente a Meijer seguir donando esperma.

Esta historia plantea preguntas cruciales sobre los límites éticos y legales de la donación de esperma y los derechos de los niños a conocer sus orígenes biológicos. Con cientos de medio hermanos dispersos por el mundo, las implicaciones emocionales y sociales de este caso seguirán resonando en las futuras regulaciones de la fertilidad asistida.