El viernes 9 de agosto, un trágico accidente aéreo en Vinhedo, San Pablo, Brasil, cobró la vida de 62 personas. Entre el dolor y la conmoción, surgió un relato de supervivencia milagrosa protagonizado por Adriano Assis, un pasajero que estaba a punto de abordar el fatídico vuelo de la aerolínea Voepass Linhas, pero que no lo hizo gracias a una serie de circunstancias fortuitas.

Assis había llegado al aeropuerto con la intención de volar con la aerolínea Latam, pero inesperadamente su vuelo fue reasignado al de Voepass. Sin previo aviso, y en medio de la confusión, el pasajero se encontró corriendo contra el tiempo para llegar a la puerta de embarque. Sin embargo, la falta de claridad en la reasignación y la prisa le jugaron en contra: llegó tarde y le negaron el acceso a la aeronave. Lo que en un principio fue motivo de enojo para Assis, pronto se convirtió en un profundo alivio, al darse cuenta de que ese retraso le había salvado la vida.

El avión de Voepass despegó a las 11:56 de la mañana y, lamentablemente, se estrelló a las 13:22 en una zona residencial de Vinhedo, dejando a sus 62 ocupantes sin vida. Al enterarse del trágico desenlace, Assis se apresuró a comunicar a su familia que estaba bien. En medio de la conmoción, expresó su alivio y gratitud, pero también su dolor por las víctimas del accidente. "Siento un gran dolor por las personas que perdieron a sus seres queridos", dijo Assis en una entrevista con un medio local. "Le dije a mi hija que papá la ama, porque sé que fue un milagro. Perder ese vuelo me salvó la vida", añadió conmovido.

Assis tenía planes de continuar su viaje a Río de Janeiro después de esa escala, pero tras la tragedia decidió quedarse en Paraná, aún sin saber cómo y cuándo regresará a su hogar. Su historia es un testimonio de cómo la vida puede cambiar en un instante y cómo la suerte, o el destino, puede intervenir de maneras inesperadas.

El relato de Adriano Assis ha conmovido a Brasil y al mundo, recordando lo frágil que puede ser la vida y cómo, a veces, las circunstancias que parecen adversas pueden resultar en milagros. Mientras él agradece a la vida por una segunda oportunidad, el país sigue llorando a las víctimas de este terrible accidente.