Petroecuador atraviesa su peor momento con indicadores en rojo y la salida de su gerente, Leonard Bruns. Bruns presentó la renuncia este 26 de noviembre de 2025 tras apenas seis meses en el cargo. La producción de crudo llegó a 348.316 barriles diarios, una caída del 10% frente a iguales meses de 2024. Es la cifra más baja desde 2010, según los datos citados. La producción de combustibles se redujo alrededor de 31% entre enero y octubre de 2025 por fallas recurrentes en la Refinería Esmeraldas. La planta sufrió un incendio en mayo y hasta ahora no opera a plena capacidad. El 25 de noviembre la refinería trabajó al 69% mientras la unidad FCC seguía fuera de servicio. Para cubrir la demanda, Ecuador incrementó importaciones de gas doméstico y diésel, con mayor costo para el consumidor, advierte Marcela Reinoso. Reinoso sostiene que la raíz del problema es la falta de inversión. Entre enero y octubre de 2025 Petroecuador destinó USD 255 millones a exploración y explotación, 84% menos que en 2024. En Sacha se perforaron seis pozos hasta la fecha, frente a 16 del año pasado. En refinación se invirtieron USD 15,6 millones hasta octubre, cifra similar al 2024, y la planta aún no llega al 100%. El atraso en proyectos clave agrava el cuadro, empezando por la variante del SOTE para enfrentar la erosión regresiva del río Coca. El transporte por SOTE y OCP cayó 13% hasta octubre y la petrolera tuvo que apagar pozos, golpeando la producción. El riesgo por erosión se mantiene y también compromete el poliducto Sushufindi–Quito y el OCP. Cambiar el trazado de los tres ductos demandaría USD 250 millones, pero hasta octubre el sistema de transporte recibió apenas USD 2,2 millones. En julio de 2025 las paralizaciones por la erosión generaron pérdidas por USD 500 millones, recuerda Reinoso. La falta de autonomía financiera y los convenios de liquidez han drenado recursos de inversión hacia el fisco, coinciden expertos. La inestabilidad manda: siete gerentes en dos años y un titular, Eduardo Miranda, que duró nueve días en diciembre de 2023. Para salir del bache, especialistas plantean abrir inversión privada en Sacha, Edén Yuturi y el gas de Amistad, impulsar recuperación secundaria, explorar en el norte amazónico y montar un tren de alta conversión en Esmeraldas, junto con una reforma de gobernanza y transparencia.