Quevedo volvió a estremecerse con escenas de terror en menos de 48 horas. El domingo 24 y el lunes 25 de agosto se registraron tres asesinatos sangrientos que evidencian el repunte de la violencia en la ciudad. La tarde del domingo, en la parroquia Venus, sicarios en moto dispararon a quemarropa contra Carlos Efraín Villamar, de 42 años, quien recibió impactos en la cabeza y el tórax. La noche del lunes, en el sector Nuevo Amanecer, otro ataque dejó sin vida a Daniel José López Tanquino, de 28 años, quien recibió cinco disparos en el pecho; la Policía halló casquillos calibre 9 mm en la escena. Horas antes, campesinos del sector El Desquite, parroquia Viva Alfaro, descubrieron un torso humano flotando en el río. El cuerpo estaba desmembrado: sin cabeza, brazos ni piernas, lo que causó terror en la comunidad. El resto fue llevado a la morgue mientras continúan las búsquedas de las demás partes. Estos hechos se suman a otro crimen ocurrido el viernes 23 en la parroquia 34 de Mayo, donde Marco Antonio Vélez, de 34 años, también fue ejecutado por sicarios en motocicleta. El patrón de ataques en moto y la aparición de cuerpos mutilados se repite en la ciudad y apunta a la disputa de territorios entre grupos criminales. Vecinos relataron que el sonido de balas y motores de motocicletas se ha vuelto común en sus barrios, generando miedo entre las familias. La Policía Nacional mantiene abiertas las investigaciones para determinar si los crímenes están conectados. Autoridades reconocen que Quevedo es el epicentro de la violencia en Los Ríos, con cifras de muertes violentas que no dejan de crecer. La población exige mayor seguridad ante una ola criminal que no da tregua.