A pocas horas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024, París se enfrenta a un grave incidente que ha afectado la red de trenes de alta velocidad (TGV), creando un caos significativo en la capital francesa. El ataque, descrito como "masivo" por las autoridades, ha interrumpido el tráfico ferroviario entre París y las regiones del oeste, norte y este del país. Este acto de sabotaje ha dejado a miles de asistentes y ciudadanos varados, alterando lo que debería ser una festividad de talla mundial.

En la mañana del jueves, otro incidente aumentó la tensión: la evacuación del aeropuerto franco-suizo de Basilea-Mulhouse debido a una amenaza de bomba. Aunque las investigaciones sobre estos sabotajes están en curso, el Gobierno ha evitado especular sobre los responsables. Según las declaraciones del Ministro de Transportes, Gabriel Attal, las operaciones parecen haber sido "preparadas y coordinadas", apuntando a un conocimiento detallado de la red para causar el mayor impacto posible.

Medios locales como Le Figaro y Le Parisien informan que los servicios de seguridad consideran la posibilidad de que grupos de extrema izquierda o ecologistas radicales estén detrás de estos actos. Sin embargo, Attal ha enfatizado la prudencia y la necesidad de una investigación exhaustiva antes de sacar conclusiones definitivas.

"Lo que se constata es que esta operación ha sido preparada, coordinada, que se han atacado puntos neurálgicos, lo que muestra una forma de conocimiento de la red para atacarla", declaró Attal, destacando el impacto masivo que ha tenido este ataque en los ciudadanos y la determinación de los autores para bloquear deliberadamente a cientos de miles de personas.

Estos eventos han comenzado a eclipsar la expectación por los Juegos Olímpicos, con los servicios de seguridad en alerta máxima para prevenir cualquier otro incidente. La situación sigue siendo tensa, y las autoridades trabajan incansablemente para restablecer el orden y garantizar la seguridad de todos los involucrados.