En un incidente cargado de tensión y drama, Enner Valencia, delantero del Inter de Porto Alegre, vivió una tarde complicada durante el partido contra Juventude en la Copa de Brasil. El ecuatoriano falló un penal en un momento crucial del juego, lo que desató la ira de algunos aficionados.

El penal, un débil remate rasante al palo izquierdo del arquero, fue fácilmente detenido, recordando a muchos el fallo similar de Valencia en la Copa América, que también tuvo consecuencias significativas para la selección ecuatoriana. Tras el fallo, un hincha logró evadir la seguridad del estadio y entró al campo con la intención de confrontar a Valencia, quien todavía lamentaba su error.

Los jugadores del Juventude actuaron rápidamente para interceptar al intruso antes de que pudiera alcanzar a Valencia. Aunque el fanático intentó agredir a uno de los jugadores, fue contenido y finalmente detenido por la seguridad del estadio.

A pesar del altercado, el partido se reanudó y Valencia tuvo una segunda oportunidad de lanzar el penal debido a una invasión en el área de jugadores del Juventude. Esta vez, su ejecución fue exitosa, aunque no suficiente para cambiar el resultado global, ya que el Inter de Porto Alegre fue eliminado con un marcador agregado de 3-2.

Este incidente no solo destaca las emociones a flor de piel en el fútbol sino también plantea preguntas sobre la seguridad en los estadios y el tratamiento que reciben los jugadores ante errores en el campo.