El Día de Acción de Gracias es una fecha clave en Estados Unidos y mueve a millones de familias. Se le conoce como Thanksgiving Day y mezcla tradición histórica, simbolismo religioso y costumbres actuales. Su relato se remonta a 1621, cuando colonos peregrinos celebraron una buena cosecha en Plymouth. El pueblo Wampanoag compartió saberes de cultivo y ayudó a los recién llegados a sobrevivir al clima. Aquella reunión duró varios días y tuvo maíz, calabaza y aves silvestres en la mesa. Con el tiempo el episodio se convirtió en símbolo de cooperación entre culturas. En 1863, en plena Guerra Civil, Abraham Lincoln proclamó un día nacional de gratitud. Desde entonces, la fecha quedó instalada como feriado federal en el calendario estadounidense. Hoy la celebración gira alrededor de la gratitud, la unión y el recuerdo familiar. La cena típica incluye pavo asado, puré de papas, salsa de arándanos y pastel de calabaza. Cada año personas viajan largas distancias para reunirse y compartir el brindis de agradecimiento. También se organizan campañas solidarias con entrega de alimentos y comidas comunitarias. Quienes viven en el exterior replican la mesa y la comparten con amigos y vecinos. Comunidades migrantes adoptan la fecha como parte de sus procesos de integración cultural. Entre las tradiciones modernas destaca el Desfile de Macy’s en Nueva York, vigente desde 1924. El fútbol americano tiene su espacio con partidos especiales programados por la NFL. El voluntariado aparece como gesto central para apoyar a personas en situación vulnerable. La conmemoración también invita a mirar la historia desde otras voces. Algunos pueblos indígenas marcan el Día Nacional de Luto para visibilizar sus memorias. Con acuerdos y tensiones, Thanksgiving sigue renovándose y mostrando su fuerza en una sociedad diversa.