En un giro inesperado y trágico, una audiencia de divorcio en Montpellier, Francia, culminó en un acto de violencia mortal. El martes 20 de febrero de 2024, un hombre de 72 años disparó a su exesposa de 66 años antes de suicidarse. Este suceso ocurrió frente al Palacio de Justicia, un lugar simbólico de justicia y ley.

Según informes, el hombre esperaba a su exesposa en un banco fuera del tribunal. Al aproximarse ella, él se le acercó y, con una pistola, le disparó en la cabeza a quemarropa. Testigos describen un escenario caótico, marcado por gritos y un charco de sangre, antes de que el agresor se apuntara a sí mismo.

Fabrice Belargent, fiscal de Montpellier, reveló que la pareja se había divorciado en 2016 y tenía una cita ese día para discutir la liquidación de activos. Aunque hubo registros de violencia física durante el matrimonio, no existían procesos activos por violencia doméstica ni órdenes de protección al momento del suceso.

El alcalde de Montpellier, Michael Delafosse, expresó su apoyo al personal de justicia, gravemente afectado por este acto atroz. Un cordón de seguridad rodeó el edificio del tribunal, mientras la comunidad y las autoridades intentan procesar este trágico evento y sus implicancias en la sociedad.