El 1 de julio de 2025, Donald Trump inauguró un nuevo centro de detención para migrantes en una zona de pantanos y manglares en Florida, bautizado como "Alcatraz de los caimanes". El lugar, que tiene capacidad para 5.000 personas, se encuentra aislado, con una única carretera de acceso y rodeado de serpientes, caimanes y un terreno implacable, lo que ha generado gran controversia. "Vamos a enseñarles cómo escapar de un caimán", bromeó Trump durante la visita, haciendo referencia a las criaturas que habitan el lugar. Las críticas no se hicieron esperar, y muchos acusaron al gobierno de Trump de llevar más allá su política migratoria dura y de crear condiciones inhumanas para los migrantes. Los opositores también cuestionaron la cercanía del centro a un parque nacional y el alto costo de su funcionamiento, que asciende a 450 millones de dólares anuales.

La instalación se está construyendo en un antiguo aeropuerto en los Everglades y, según autoridades locales, está diseñada para alojar principalmente a migrantes con antecedentes penales, aunque muchos han sido arrestados sin cargos. Aunque los ataques de caimanes a humanos en Florida son raros, la presencia de estos reptiles y otras especies peligrosas ha sido un tema de debate en torno al centro. Las autoridades han descrito el lugar como una "zona de disuasión" para aquellos que intenten escapar, sugiriendo que el riesgo de encontrarse con caimanes y pitones hará que los migrantes piensen dos veces antes de huir. A pesar de las críticas, el presidente Trump ha defendido el proyecto como una respuesta a la crisis migratoria y una medida para fortalecer la seguridad en la frontera.