La violencia en la frontera entre México y Estados Unidos ha alcanzado un nuevo nivel de crueldad. El 11 de junio, la policía estatal de Chihuahua rescató a 13 migrantes de una casa en Barrio Alto, cerca de Ciudad Juárez, quienes habían sido sometidos a torturas extremas por parte de un cartel conocido como La Empresa.

Los migrantes, originarios de Guatemala, El Salvador y Honduras, fueron encontrados en condiciones deshumanizantes. Según las autoridades, presentaban quemaduras severas, heridas por golpes y, en algunos casos, signos de violación sexual. Enrique Rodríguez, jefe de información de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, destacó la brutalidad inusitada de las torturas que incluyeron quemaduras con objetos metálicos calientes.

Este caso ha desatado una ola de indignación y preocupación a nivel internacional. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras y Derechos Humanos First han denunciado el incremento de la violencia contra migrantes en México, especialmente desde la implementación de restricciones más estrictas al asilo en Estados Unidos.

La investigación sigue en curso y hasta el momento, seis personas han sido detenidas, implicadas en el secuestro y tortura de los migrantes. Las autoridades continúan trabajando para desmantelar las redes criminales que explotan y abusan de los migrantes en su tránsito por México.

Este evento no sólo destaca la grave situación de seguridad en la frontera, sino que también pone de relieve la necesidad urgente de una respuesta más efectiva y humanitaria hacia la crisis migratoria.