El expresidente de Perú, Alejandro Toledo, fue sentenciado a 20 años y seis meses de prisión por un tribunal de Lima, tras ser hallado culpable de colusión y lavado de activos en el infame caso Odebrecht. La Fiscalía peruana acusó a Toledo de haber recibido más de 30 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, a cambio de favorecerla en la concesión del Proyecto Vial Interoceánica Sur Perú-Brasil, uno de los contratos más importantes de su gobierno.

Durante el proceso judicial, las pruebas mostraron cómo Toledo, mediante la intermediación de un amigo cercano, habría facilitado que Odebrecht se quedara con la jugosa obra. Según la Fiscalía, al menos 6,6 millones de dólares fueron confiscados a una sociedad ligada al expresidente, y el resto del dinero nunca fue recuperado.

La jueza Inés Rojas Contreras, a cargo del juicio, afirmó que Toledo incumplió gravemente su deber como presidente. "El señor Toledo ha realizado una serie de maniobras ilegales, acelerando procesos y beneficiando directamente a Odebrecht", explicó. Según la magistrada, las evidencias del caso no dejaban lugar a dudas sobre la culpabilidad del exmandatario.

Toledo, que ha negado todas las acusaciones en su contra, escuchó la sentencia en silencio. Su defensa, liderada por el abogado Roberto Zu, ya ha anunciado que apelará el fallo, argumentando que las pruebas presentadas no son concluyentes. Además, solicitarán que Toledo pueda cumplir la sentencia en arresto domiciliario debido a su delicado estado de salud.