Colombia vivió este 21 de agosto una jornada sangrienta con dos ataques casi simultáneos. En Cali, un carro bomba explotó en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez y dejó al menos cinco muertos y catorce heridos. Horas después, en el municipio de Amalfi, Antioquia, un helicóptero de la Policía fue derribado presuntamente con un dron, lo que provocó la muerte de ocho uniformados y dejó a otros ocho heridos. Con estos hechos, la cifra mortal del día ascendió a trece personas y más de veinte resultaron lesionadas. El ataque en Cali ocurre poco más de dos meses después de otra serie de explosiones que también golpearon a esa ciudad. El Gobierno colombiano aún no ha confirmado qué grupo armado está detrás del carro bomba. En Antioquia, sin embargo, las sospechas apuntan a las disidencias de las FARC y al Clan del Golfo, que tienen fuerte presencia en la zona. El helicóptero atacado cumplía labores de seguridad en operaciones de erradicación de cultivos de coca. En junio ya se habían registrado siete atentados en el Valle del Cauca y doce en el departamento vecino del Cauca, dejando un saldo de ocho muertos. Ante este nuevo episodio de violencia, el presidente Gustavo Petro anunció que declarará como organizaciones terroristas al Clan del Golfo, al Estado Mayor Central (EMC) y a la Segunda Marquetalia, disidencias de las antiguas FARC. Estas agrupaciones armadas han mantenido al país en zozobra con ataques cada vez más sofisticados. El atentado en Cali reactivó la alarma en una de las ciudades más importantes de Colombia. Los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos, mientras la zona quedó acordonada por el Ejército. La población vivió momentos de pánico tras la potente explosión que sacudió varios barrios aledaños. En Antioquia, la caída del helicóptero causó conmoción en las familias de los policías. El Gobierno prometió reforzar la seguridad en las zonas más golpeadas por la violencia. El miedo vuelve a instalarse en Cali y Antioquia, donde la gente revive recuerdos de épocas oscuras. Colombia vuelve a enfrentar un día manchado de sangre y marcado por la guerra interna.