Las uñas son mucho más que un detalle estético; su apariencia puede ser un reflejo del estado general de tu salud. Uñas fuertes y con un color uniforme indican bienestar físico, pero cuando presentan cambios, pueden ser señales de problemas internos. Las alteraciones en las uñas, como líneas o surcos, pueden indicar deficiencias nutricionales o enfermedades.

Uno de los principales factores que afectan la salud de las uñas es la falta de nutrientes. La deficiencia de zinc, por ejemplo, puede causar manchas blancas, mientras que la falta de hierro puede generar crestas verticales. Además, la presencia de líneas horizontales, conocidas como líneas de Beau, es otro síntoma importante. Estas pueden aparecer por enfermedades graves, como infecciones, diabetes, o incluso tras tratamientos de quimioterapia.

El hipotiroidismo es otro trastorno que afecta las uñas, causando que se vuelvan frágiles o desarrollen líneas verticales. Asimismo, condiciones como el eccema, piel seca y envejecimiento pueden modificar su apariencia. En cualquier caso, la observación de estos detalles puede ser clave para detectar problemas de salud de manera temprana.

A menudo, los cambios en las uñas son subestimados, pero los expertos afirman que, al identificar estos signos a tiempo, es posible prevenir o tratar enfermedades a tiempo. La clave está en escuchar lo que las uñas nos dicen.