Cuenca, la encantadora ciudad ecuatoriana, ha superado su desafiante sequía hidrológica de 118 días, un hito que marca un cambio significativo en su panorama ambiental y energético. Este miércoles 27 de diciembre, la empresa municipal de gestión ambiental, ETAPA EP, anunció que los ríos clave de la ciudad, incluyendo el Tomebamba, Yanuncay, Tarqui y Machángara, han recuperado su caudal normal, un alivio tanto para la biodiversidad como para los habitantes.

La noticia llega como un soplo de aire fresco para la capital de Azuay, que había enfrentado la adversidad de una sequía prolongada, afectando tanto a la vida cotidiana como a la producción de energía. Los embalses en la región del Austro y la Amazonía, que se habían visto gravemente disminuidos, ahora muestran signos de recuperación significativa.

Los ríos de Cuenca son vitales no solo para el ecosistema local, sino también para el complejo hidroeléctrico Paute, el segundo más grande de Ecuador. Durante la sequía, la producción energética de Paute había disminuido a niveles preocupantes. Sin embargo, con el reciente aumento en el caudal, se espera que la generación de electricidad se estabilice y mejore, ofreciendo un respiro a la red eléctrica nacional.