Desde siempre, decorar el refrigerador con imanes ha sido una costumbre popular. Sin embargo, estudios recientes revelaron posibles daños que esta práctica genera en el funcionamiento del electrodoméstico.

Los imanes producen campos magnéticos que podrían interferir con los sensores electrónicos de refrigeradores modernos. Según expertos, esto impactaría en el control de temperatura y en otros sistemas inteligentes.

Además, materiales como el neodimio, presente en ciertos imanes, pueden afectar directamente la precisión de los dispositivos internos. Problemas como fallas en el cierre automático de la puerta y desgaste en los sensores son recurrentes por su uso excesivo.

Un artículo especializado señaló que los imanes acumulan grasa y suciedad, favoreciendo la proliferación de bacterias.

El peso o cantidad de imanes también causa daños estructurales en las puertas, afectando bisagras y el cierre hermético. Esto aumenta el consumo de energía.

Evitar este hábito puede prolongar la vida útil del refrigerador y reducir costos.