Han pasado casi 200 años desde que Charles Darwin pisó por primera vez las Islas Galápagos, y su legado sigue más vivo que nunca. Esta vez, es Kenneth Noll, un jubilado profesor de microbiología, quien ha decidido revivir al famoso biólogo inglés y seguir sus pasos en el archipiélago que inspiró su revolucionaria teoría de la evolución.

Noll, con su barba plateada falsa, sombrero, bastón y un traje digno de un caballero del siglo XIX, se ha convertido en la viva imagen de Darwin. Este apasionado de la ciencia ha dejado atrás su tranquila vida de profesor emérito en la Universidad de Connecticut para encarnar al icónico naturalista. "Mi esposa no toleraría esto en realidad", bromea Noll, refiriéndose a su imponente barba.

Desde su primera aparición como Darwin en un evento académico hace ocho años, Noll ha buscado la manera de transmitir de forma amena el legado científico de su mentor. Así, su viaje a Galápagos no solo es una experiencia personal, sino también una oportunidad para educar y sensibilizar a la comunidad global sobre la biodiversidad única de este rincón del mundo.

Acompañado de su bastón y sombrero, Noll recorrió la estación científica Charles Darwin, se sumergió en la experiencia de los pinzones que tanto fascinaron a Darwin y dejó una marca imborrable tanto en los locales como en los turistas que le pedían fotografías. "Me gusta hacer feliz a la gente", afirma este carismático exprofesor, mostrando que la ciencia, la pasión y el entretenimiento pueden ir de la mano.