El huracán Helene ha causado una devastación sin precedentes en el Sureste de Estados Unidos, cobrándose al menos 89 vidas. La tormenta tocó tierra como un huracán de categoría 4, dejando a su paso destrucción, inundaciones, y comunidades enteras sin electricidad. El estado de Carolina del Norte fue uno de los más afectados, con 30 muertos solo en el condado de Buncombe, donde se ubica la ciudad de Asheville.

El sheriff Quentin Miller confirmó el número de fallecidos en Buncombe, y aunque aún no se sabe si estos 30 se suman a las 11 muertes reportadas por el gobernador Roy Cooper, la cifra total podría ser aún mayor. El gobernador ha advertido sobre el aumento de víctimas conforme los equipos de emergencia logren llegar a zonas aisladas por carreteras destruidas e inundaciones. La situación es crítica, ya que más de 2 millones de personas continúan sin electricidad en varios estados, y el presidente Biden ha aprobado una declaración de desastre grave para enviar ayuda a las áreas afectadas.

Tennessee tampoco escapó a la furia de Helene. Se han reportado dos muertes y 153 personas desaparecidas debido a la caída de las comunicaciones. El portavoz del Equipo de Gestión de Incidentes de Todo Riesgo, Myron Hughes, señaló que el condado de Washington tiene el mayor número de desaparecidos, seguido de Unicoi, donde un hospital se vio prácticamente aislado por las inundaciones. Las autoridades temen que haya más personas sin contacto debido a los cortes de comunicaciones, pero confían en que muchas de ellas se encuentren a salvo.

El panorama en Carolina del Sur es igualmente desalentador. El gobernador Henry McMaster informó de 25 muertes en su estado, describiendo la situación como un "golpe devastador". A pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia para restablecer servicios básicos, la reconstrucción tomará tiempo, especialmente en las zonas más afectadas.