Un nuevo ataque con dron sacudió la seguridad de la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, Ecuador. A primeras horas de la mañana, un dron con explosivos aterrizó sobre el techo del penal, similar a lo ocurrido en septiembre del año pasado. El objetivo de este nuevo atentado, según las autoridades, era inhabilitar nuevamente el centro penitenciario, donde están recluidos peligrosos delincuentes, incluido el exvicepresidente Jorge Glas.

El Gobierno ecuatoriano, a través de un comunicado, informó que lograron frustrar el atentado en gran parte gracias a la rápida intervención de los equipos especiales de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el dron terminó por explotar, causando serios daños en el techo del penal, el mismo que fue destruido en el ataque del 2023. En aquella ocasión, la explosión obligó al traslado de varios presos, entre ellos José Adolfo Macías Villamar, alias "Fito", uno de los líderes de la banda criminal Los Choneros.

"En estos momentos se evalúa la mejor ruta de acción: explosión controlada o desarticulación in situ", señaló el Bloque de Seguridad del Gobierno, que integra a los ministerios de Interior y Defensa Nacional. Pese a los esfuerzos, la explosión se produjo poco después, dejando nuevamente inhabilitada una parte de La Roca.

Este atentado recuerda los difíciles momentos que vivió el sistema carcelario en Ecuador tras el ataque de septiembre de 2023, cuando el techo de La Roca fue severamente dañado. Entonces, el penal fue cerrado temporalmente y sus reos transferidos a otras prisiones. Entre ellos se encontraba "Fito", líder de Los Choneros, quien posteriormente regresó a la Cárcel Regional de Guayaquil, de la cual se fugó entre finales de 2023 e inicios de 2024, sin que hasta la fecha se conozca su paradero.

La lucha contra el crimen organizado se ha intensificado bajo el mandato del presidente Daniel Noboa, quien recientemente calificó esta situación como un "conflicto armado interno". Bajo este concepto, las bandas criminales fueron catalogadas como grupos terroristas, y se decretó un estado de excepción que incluyó la militarización de las cárceles del país. A pesar de estos esfuerzos, la constante amenaza de estos ataques pone en evidencia la grave crisis de seguridad que atraviesa el sistema penitenciario de Ecuador.