¡Excluidos! Niños con discapacidad enfrentan barreras educativas


Padres denuncian exclusión de niños con discapacidad en centros educativos privados, enfrentando barreras para sus hijos
Padres de niños con discapacidad en Ecuador denuncian la exclusión y las barreras que enfrentan para lograr que sus hijos sean admitidos en el sistema educativo. A pesar de los avances en la normativa educativa, la realidad para muchas familias sigue siendo desalentadora, con varios centros escolares, especialmente privados, negándose a aceptar a niños con necesidades educativas especiales, a menudo con excusas que varían desde la falta de cupos hasta afirmaciones de que "es un mal negocio".
El caso de William, un niño de 9 años diagnosticado con autismo a los 3 años, ejemplifica esta problemática. Su madre ha visitado 15 escuelas privadas en Quito, y aún no ha conseguido un lugar para su hijo. La familia ha tenido que recurrir a la justicia, presentando una acción de protección contra uno de los colegios que le negó el cupo. “Dicen que no tienen la capacidad, que los cupos para niños con discapacidad están llenos o que simplemente no les interesa”, señala David Sperber, padre de William.
Lamentablemente, el caso de William no es aislado. María de Lourdes Ortega, representante de la Asociación de Padres para el Apoyo de la Defensa de personas con Autismo del Ecuador (APADA), menciona que reciben entre tres y cuatro denuncias diarias de padres que no encuentran una escuela para sus hijos con discapacidad. Según Ortega, “el 75% de los casos proviene de la educación privada, donde los centros educativos no cumplen con las leyes de inclusión”.
La Ley Orgánica de Educación Intercultural en Ecuador es clara sobre la obligación de los centros educativos de recibir a personas con discapacidad, y de proporcionar los apoyos necesarios para garantizar su inclusión. El artículo 47 de la ley establece que las instituciones deben crear adaptaciones físicas y curriculares para atender a estos estudiantes. Sin embargo, según los padres afectados, esta normativa muchas veces no se cumple, y los protocolos de denuncia no son lo suficientemente efectivos.
Margarita, madre de una joven de 22 años con discapacidad, relata cómo su hija nunca logró ser admitida en el sistema educativo, obligándola a instruirla en casa durante toda su vida. "Nunca ha habido una inclusión real", afirma, y asegura que continuará luchando para que su hija tenga un mejor futuro.
El Ministerio de Educación de Ecuador ha señalado que existen mecanismos para denunciar estos actos de discriminación, y aunque reconocen que el sistema necesita mejoras, aseguran que están trabajando para fortalecer los procesos. Tamara Espinosa, subsecretaria de educación inclusiva, afirmó que "se están fortaleciendo los mecanismos, ha habido casos que se han resuelto", pero la realidad sigue mostrando que muchos niños y adolescentes con necesidades especiales enfrentan un futuro incierto sin una educación adecuada.
Para estas familias, la falta de inclusión en el sistema educativo representa no solo una violación de derechos, sino una barrera que les impide acceder a las mismas oportunidades que otros estudiantes. Mientras no se implementen soluciones efectivas, la lucha por una educación inclusiva y de calidad continúa siendo una batalla diaria.
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