Neuralink, la empresa liderada por Elon Musk, ha experimentado un revés significativo en su primer implante cerebral en humanos. El paciente, Noland Arbaugh, de 29 años, quien quedó tetrapléjico debido a un accidente en 2016, enfrentó un problema inesperado cuando parte de los hilos conductores del dispositivo se desprendieron de su cerebro, apenas unas semanas después de la intervención quirúrgica.

Según la información revelada por la empresa, el chip comenzó a perder funcionalidad aproximadamente un mes después de su implantación. Este incidente pone en tela de juicio la durabilidad y seguridad de esta tecnología punta, que busca revolucionar el tratamiento de pacientes con discapacidades y enfermedades neurológicas.

Los ingenieros de Neuralink actuaron rápidamente para restaurar las funciones del dispositivo, ajustando su sensibilidad a las señales cerebrales del paciente. Este ajuste permitió que Arbaugh pudiera jugar ajedrez, controlando el mouse con su mente, una demostración de las capacidades potenciales del implante.

El dispositivo, que actualmente solo puede transmitir información desde el cerebro a un ordenador externo, incluye un chip de procesamiento, una batería y 64 diminutos cables que se conectan directamente al tejido cerebral. A pesar de este contratiempo, Neuralink continúa sus esfuerzos por desarrollar un chip que no solo reciba, sino también envíe información al cerebro, abriendo la posibilidad de restaurar la visión o el movimiento a otros pacientes en el futuro.

La eficacia a largo plazo del implante sigue siendo una incógnita, y se espera que las primeras pruebas humanas arrojen luz sobre su potencial para mejorar la calidad de vida de personas con condiciones severas.