En el mundo del espectáculo, donde las rivalidades y alianzas cambian con la misma velocidad que las tendencias en redes sociales, Kanye West ha dado un paso inesperado. Recientemente, a través de su cuenta de Instagram, el rapero compartió un mensaje dirigido a las seguidoras de Taylor Swift, conocidas como swifties, asegurando que no es su enemigo. Este gesto llega en un momento en que West se encuentra en la cima de las listas de reproducción con su nuevo álbum "Vultures Vol.1".

El álbum no solo ha puesto a Kanye West en los primeros lugares, sino que también lo ha llevado a superar a Taylor Swift como el artista top global en Spotify. Esta coincidencia musical ha intensificado la competencia entre los fans de ambos artistas, especialmente con el lanzamiento de dos nuevas canciones de Beyoncé, que también compiten en las listas.

Sin embargo, en un giro inesperado, algunas seguidoras de Taylor Swift comenzaron a promover el nuevo sencillo de Beyoncé, 'Texas Hold ‘em', con el objetivo de evitar que Kanye West ascienda en las listas de Billboard. Respondiendo a esta situación, Kanye West publicó una captura de pantalla de un post que pedía a las swifties apoyar a Beyoncé, y añadió un mensaje conciliador.

En su publicación, West recordó a las seguidoras de Swift que él apoyó a Taylor cuando Scooter Braun compró sus masters. Afirmó que tanto Taylor como Beyoncé son grandes inspiraciones para todos los músicos y agregó, con un toque de humor, que ha sido más útil que dañino para la carrera de Taylor Swift.

Además, Kanye West aprovechó para aclarar rumores recientes sobre su presencia en el Super Bowl LVIII. Contrariamente a lo que se especulaba, aseguró que no fue expulsado del evento, sino que simplemente se movió de su asiento para pasar un buen momento con su esposa, Bianca Censori, y amigos.

Este episodio demuestra que, en la industria musical, las dinámicas entre artistas pueden ser complejas y sorprendentes. La intervención de Kanye West, lejos de alimentar la rivalidad, parece buscar una tregua en la constante competencia mediática, mostrando una faceta más madura y reflexiva del controvertido artista.