La “mega cárcel” arranca con sacos de arena y una garita de madera




El primer filtro de seguridad mostró sacos de arena, techo de zinc y militares en guardia
El proyecto “El Encuentro” fue presentado como la joya del Gobierno de Daniel Noboa contra el crimen organizado. Hoy mostró su primer punto de control y la escena dejó a muchos con la boca abierta. En vez de tecnología avanzada, el filtro era un montón de sacos de arena apilados. A un costado había una garita de madera con techo de zinc. Militares armados hacían guardia y daban las órdenes. La ministra del Interior, Mónica Reimberg, aseguró que el paso de la prensa estaba prohibido. Dijo que el traslado de presos se manejaba con absoluta reserva. Esa versión chocó con lo que mostró el propio presidente en redes. Daniel Noboa publicó fotos de internos rapados durante el operativo. Entre esas imágenes aparecían Jorge Glas y Pablo Muentes.
Periodistas y analistas señalaron la contradicción sin rodeos. “¿Reserva?”, preguntaron, al ver las fotos circulando por todos lados. Lo que más llamó la atención fue el aspecto del primer filtro. Los costales lucían como un parapeto improvisado de campaña militar. No parecía la entrada de una cárcel de alta tecnología. La promesa de una megacárcel moderna quedó en entredicho. El contraste encendió preguntas sobre la verdadera capacidad del proyecto. ¿Podrá “El Encuentro” aislar a los líderes del crimen como se ofreció? La escena del acceso dejó sembrada la duda en el público. Por ahora, la publicidad luce más grande que la obra mostrada.
